Los mejores inicios de libros de la historia de la literatura


Roberto Bolaño fue el que dijo que la literatura debía ser provocadora o mejor no ser. Él sabía que un primer párrafo atractivo era la única forma de hacer que una persona leyera un texto completo.
En ese sentido, los responsables de Nalgas y Libros hemos compilado los 10 mejores inicios de libros que conocemos y los hemos puesto a competir en un arbitrario pero divertido ejercicio que da como ganador a Lolita pero que usted puede ordenar como mejor le parezca.
«El padrino» de Mario Puzo
Amerigo Bonasera estaba sentado en la Sala 3 de lo Criminal de la Corte de Nueva York. Esperaba justicia. Quería que los hombres que tan cruelmente habían herido a su hija, y que, además, habían tratado de deshonrarla, pagaran sus culpas.
10. «El extranjero» de Albert Camus
Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: “Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias”. Pero no quiere decir nada. Quizás haya sido ayer.
9. «A sangre fría» de Truman Capote
El pueblo de Holcomb está en las elevadas llanuras trigueras del oeste de Kansas, una zona solitaria que otros habitantes de Kansas llaman “allá”.
8. «El túnel» de Ernesto Sábato
Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.
7. «Las aventuras de Huckleberry Finn» de Mark Twain
No sabréis quién soy yo si no habéis leído un libro titulado ‘Las aventuras de Tom Sawyer’, pero no importa. Ese libro lo escribió el señor Mark Twain y contó la verdad, casi siempre. Algunas cosas las exageró, pero casi siempre dijo la verdad. Eso no es nada.
6. «La isla del tesoro» de Robert Louis Stevenson
El squire Trelawney, el doctor Livesey y algunos otros caballeros me han indicado que ponga por escrito todo lo referente a la Isla del Tesoro, sin omitir detalle, aunque sin mencionar la posición de la isla, ya que todavía en ella quedan riquezas enterradas; y por ello tomo mi pluma en este año de gracia de 17… y mi memoria se remonta al tiempo en que mi padre era dueño de la hostería «Almirante Benbow», y el viejo curtido navegante, con su rostro cruzado por un sablazo, buscó cobijo bajo nuestro techo.
5. «El Quijote» de Miguel de Cervantes
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
4. «La metamorfosis» Franz Kafka
Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.
3. «Moby Dick» de Herman Melville
Llamadme Ismael. Hace unos años –no importa cuánto hace exactamente–, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo.
2. «Cien años de soledad» de Gabriel García Márquez
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
1. «Lolita» Vladimir Nabokov
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.